Escasez de chips y semiconductores podría mantener los precios de carros por las nubes hasta 2023

Tras la aparición de la variante Delta y el aumento de los casos de COVID-19 en algunos de los países asiáticos, el suministro de estos componentes cayó nuevamente, retrasando aún más la producción de carros nuevos.
El resultado: los elevados precios siguen rompiendo récords para los carros nuevos, usados y de renta, que, según los analistas, se proyecta a prolongarse hasta 2023.
El promedio por transacción en julio superó los $42,000, 8% por encima que julio 2020, rompiendo récords por cuarto mes consecutivo.
Por otro lado, el nivel de ventas viene cayendo al mismo ritmo. En agosto, las ventas de carros nuevos en EEUU cayeron 18% principalmente por la falta de componentes. Sin contar la caída en 2020, las ventas de agosto fueron tan bajas como las 2011, durante la crisis financiera global.
La escasez de partes ha obligado a Ford y General Motors a suspender la producción en varias plantas que fabrican las camionetas pickups en Norteameérica por 1 o 2 semanas.
Otro ejemplo claro de este problema es que Toyota, un fabricante que trató de mantener sus plantas operativas a todo lugar, anuncio el mes pasado que reducirá 40% la producción en Japón y Norteámerica durante 2 meses.
Nissan anunció también que se han visto forzados a suspender el trabajo en la enorme planta en Tennessee hasta finales de este mes.
El mismo Elon Musk dijo que el suministro de los semiconductores dictará la producción de sus fábricas.
Efectos para los compradores
Por otro lado, con la demanda aún por las nubes, los fabricantes y concesionarios no sienten presión para ofrecer descuentos en sus vehículos. Esto conlleva al aumento en las ventas de modelos mas caros -como pickups y SUVs- aumentando el precio promedio por transacción.
La raíz de la escasez es simple, la suspensión inicial de las operaciones en las plantas ensambladoras, en un esfuerzo por detener la propagación del virus, llevó a que muchos de sus proveedores se vieran obligados a cancelar órdenes de semiconductores. Al mismo tiempo, millones de personas obligadas a quedarse en casa, aumentaron significativamente la demanda por laptops, tables y consolas de videojuegos.
Cuando la producción de vehículos se reinició, tratando de alcanzar la gran demanda por ellos, se encontraron que los fabricantes de chips habían ajustado su producción para otras industrias.
En el segundo trimestre de este año, cuando la producción de los chips retomaba niveles normales, la variante Delta azotó Malasia y otros países asiáticos donde los chips y otros componentes para carros se trabajan.
Los fabricantes reportaron que los concesionarios mantuvieron menos de 1 millón de vehículos en sus lotes en agosto de este año, menos del 70% vs. agosto de 2019.
Se proyecta que esta escasez de chips y semiconductores pudiera mantener los precios de carros por las nubes hasta 2023.